
Aprende Manos, pies, pezones No lo negamos. Y no lo decimos nosotros que también. Para conseguirlo 'solo' has de tener dos cosas claras: Debes mantener el tacto, presión y ritmo adecuado tanto con los dedos como con la lengua. Has de saber también que las mujeres evolucionan con el tiempo. Es decir, la misma a la que a los 20 años le excitaba que le tocases los pezones, a los 40 lo odia y le gusta que muerdas sus pies.
Las zonas erógenas Las zonas erógenas Las zonas erógenas son aquellas que por su sensibilidad provocan sensaciones de placer al ser estimuladas, dado que en ellas se acumulan muchas terminaciones nerviosas. Y no se limitan a los órganos sexuales, lo que en muchas parejas pueden constituir una verdadera neura, hasta el punto de olvidar el resto del cuerpo. En una relación sexual que pretende ser plenamente satisfactoria es necesario conocer las zonas erógenas de la pareja y saber cómo estimularlas para producir la excitación y el placer. Se puede comenzar por la cabeza, masajeando el pelo, lo que produce una sensación muy laxante. O acariciando y besando la gollete, para causar un escalofrío que recorra la espalda. Los lóbulos y la parte trasera de las orejas son también muy sensibles, especialmente en los hombres. Finalmente, los labios incrementan su sensibilidad con la excitación y baste un roce muy leve para que se sienta una sensación muy placentera. Pero en realidad toda la badana puede ser considerada una zona erógena, especialmente la parte interior de muslos y brazos -incluidas la parte último de las articulaciones-, el abdomen -entorno al ombligo y legando al pubis-, la espalda, las axilas y los laterales del tórax. Queda finalmente la zona del suelo pélvico, en el que se ubica el ano, el periné, y el clítoris, la vulva y la vagina en la madama, y los testículos, el escroto y el pene en el hombre.
Espero que sea de tu interés. Son las llamadas: Zonas Erógenas, es largar, aquellas zonas del cuerpo, a parte de los genitales, que al anatomía debidamente estimuladas, producen un gran placer sexual. Se trata de las zonas del cuerpo con mayor sensibilidad. Hagamos un recorrido: cuero cabelludo, cuello, gollete, orejas, lóbulos de las orejas, jeta, escote, pechos, pezones, hombros, cara interna de los brazos, muñecas, espalda, parte final de espalda, culo, vientre, muslos internos de los muslos, corva de las rodillas, y si sigo me quedo sin cuerpo. Si dejamos a un lado las zonas erógenas primarias, que se refieren principalmente a los genitales, el resto de las zonas erógenas no dependen tanto del amor de las personas, si no de lo sensible que se tenga esa zona y de la vinculación al estímulo positivo o placer que nos genere. Por ejemplo: los lóbulos de las orejas pueden que sean zonas altamente erógenas para unas personas y para otras no, siendo incluso agrio para estas. No depende tanto del órgano sexual que se tenga entre las piernas sino de cada andoba. Depende de cada persona y la sensibilidad que tenga en dichas zonas, por un lado y de cómo se estimulan dichas zonas, por otro. Por ejemplo, si has tenido anteriormente una sensación desagradable al estimular los pezones, puede que no sea una zona erógena para ti e aun, te genere rechazo.
En ocasiones, dependiendo del punto que se esté estimulando, este placer es tan intenso que se convierte en un truco infalible para llegar al clímax. A la cantidad de terminaciones nerviosas que poseen estas partes de nuestra anatomía. Puedes comenzar con suaves besos desde sus hombros, acariciando su garganta hasta llegar a las orejas. Busto No es tan sensible como el femenino ni a todos los hombres les gusta que les estimulen esta zona. Pero si responde bien a tus besos, puede ser un punto clave de estimulación durante el amor.