
El caso que quiero comentar se trataba del oficio de camarera de pisos, asumido temporalmente por Ana Obregón; éste es el avance del programa: Aquí podéis ver el programa completo… Sobre el que voy a dar mi opinión como trabajadora habitual de los hoteles, concretamente como camarera de pisos en Benidorm y como persona involucrada en esta Asociación. Le diría al director del programa y a la Señora Obregón que normalmente las que trabajamos en hoteles de zonas turísticas hacemos un promedio de 20 a 25 habitaciones por jornada, con sus salidas incluidas, a veces hasta llegamos a hacer 10 salidas con sus restantes de clientes. Y desde luego no tenemos ayuda para efectuar nuestro trabajo, donde muchas veces incluso tenemos que arrastrar colchones por los pasillos por las camas supletorias. Eso sí, la mayoría no trabajamos en hoteles de lujo. Dijo la Señora Obregón que no necesitamos ir al gimnasio, y encima ustedes consideraron que esa frivolidad era oportuna para ser emitida a la audiencia.
Y suponen el treinta por ciento del empleo turístico. Sufren temporalidad y la esclavitud del sector hotelero que cada vez repunta con mejores datos. Bastante lejos de sufrir una crisis. Así lo señala la encuesta de Frontur, que elabora el INE cada añada. En , 36,3 millones de turistas extranjeros han llegado a España con una tasa de beneficio para el turismo que ha logrado Sin embargo, las condiciones de estas mujeres, imprescindibles para la calidad de los alojamientos, se empobrecen en jornadas y salarios muy precarios frente al excedente de los empleados de los hoteles. La mayoría de establecimientos turísticos externalizan estas tareas con empresas multiservicio que reducen los sueldos del convenio de hostelería casi un cuarenta por ciento. De euros por convenio a por limpiar habitaciones mensuales, contratadas de faceta externa.
Sobre todo, cuando esas dos personas llevan juntas mucho tiempo, cuando han pasado por tantas etapas que ya han perdido la cuenta de las veces que han salvado su relación. No hay nada concreto, no hay adulterio —cómo perdonar y superar una infidelidad— ni traición, sólo desgaste. Pero hay señales, signos que no deberíamos dejar pasar, a los que deberíamos prestar atención si queremos dejar de extraviar el tiempo. Porque esa, la absurda pérdida de tiempo, de amor y de energía, es al final la clave para ganar el coraje acuciante. Como en esto del amor desconocedor todos somos entrenadores de primera división, tan duchos en aconsejar a otras parejas y tan miopes con las nuestras, tomemos los consejos de los cuatro terapeutas que revelaron en levante artículo las señales que deben actuar que al menos te plantees romper con tu pareja: Te gustan otras personas Si estuvieras con la andoba adecuada, no estarías fantaseando con el guapo de la oficina, ni con la camarera rubia de tu cafetería habitual.
Las kellys son las camareras de apartamento, mujeres que hacen un trabajo bastante duro, esencial para el turismo y poco reconocido, aunque el Cabildo les entregó el premio Distinguidos del Turismo en el año Diario de Lanzarote ha reunido a tres de ellas para que cuenten en primera andoba las condiciones de su trabajo. La reunión se produce en la localización de UGT, sindicato del que son delegadas sindicales. Prefieren no dar sus nombres ni el de los hoteles donde trabajan por miedo a represalias. Todas han hecho y hacen habitaciones, pero ahora una trabaja en lavandería, otra en lencería y otra como camarera de piso. El tiempo para hacer una salida cuando el cliente deja la habitación es de cuarenta minutos y ellas calculan que es imposible hacerlo bien en menos de una hora. Una de las peores circunstancias es la presión, que va de arriba abajo. Primero verbal y después sanción de empleo y emolumento. En otro hotel, el caso es similar: de 14 habitaciones se ha pasado a
Diez señales infalibles para saber si le gustas a una mujer Un acaramelado espera a su amada durante una cita. Le sale una sonrisilla tonta cuando le hablas. Sus amigas te hacen un repaso general y te marean a preguntas. Caliente, caliente. La comparas con tu madre en la primera cita. Te has helado.